Durante un largo período de tiempo la comunidad científica sostenía que la Depresión Infantil no existía
No fue hasta el año 1975, cuando la depresión infantil (DI) fue aceptada por el National Institute of Mental Health, como concepto y entidad psicopatológica.
Los porcentajes de DI detectados entre la población infantil es alrededor del 8-10%, de acuerdo a numerosas investigaciones. Además se ha observado en diversos estudios que el sexo femenino se ha asociado sistemáticamente al incremento de la probabilidad de desarrollar depresión. En cuanto a la clase social, algunos autores señalan que se encuentra con más frecuencia en los niños de clase baja y media que en los de clase alta.
La depresión infantil puede definirse como una situación afectiva de tristeza mayor en intensidad y duración que ocurre en un niño. Se habla de depresión mayor, cuando los síntomas son mayores de 2 semanas, y de trastorno distímico, cuando estos síntomas pasan de un mes.
La DI se caracteriza por los siguientes síntomas y criterios:
- Tristeza,
- Anhedonia (pérdida del placer),
- Llanto fácil,
- Falta del sentido del humor,
- Sentimiento de no ser querido,
- Baja autoestima,
- Aislamiento social,
- Cambios en el sueño,
- Cambios de apetito y peso,
- Hiperactividad,
- Disforia - Hiperactividad,
- Ideación suicida.
Para saber más, aquí dejo un artículo del Dr. Eduardo Hernández Gloria Gaynor, "I will survive"
La musicoterapia puede ayudar a las personas que padecen de estados depresivos.
Una de las curaciones más famosas de la historia fue la del rey Felipe de España en la década de 1730. Después de oír cantar a Farinelli, desaparecieron milagrosamente el dolor, crónico, la depresión y la enfermedad mental del rey.
Otra de las historias más asombrosas fue el caso de los monjes de un monasterio benedictino del sur de Francia, aquejados de inquietud, fatiga y depresión. El Dr. Tomatis después de visitar a 70 de los 90 monjes del monasterio comentó que su abatimiento no era físico sino auditivo. Este estado de debilidad de los monjes era la consecuencia de haber eliminado varias horas de canto gregoriano de su rutina diaria. Esta práctica diaria de canto gregoriano les bajaba el ritmo respiratorio, y la tensión arterial, elevándoles el ánimo y aumentándoles su productividad. Al poco tiempo de reanudar sus sesiones de canto gregoriano recuperaron su vigor y su salud.
En un estudio llevado a cabo con 30 ancianos que padecían de este desorden, se examinaron los efectos de la terapia musical sobre sus estados anímicos. Se encontró que los pacientes que se sometieron a la terapia que consistía en sesiones semanales llevadas a cabo en su propia casa, obtuvieron mejores puntajes en pruebas estandarizadas de depresión. Por otra parte, estos pacientes también informaron sentir menos tensión nerviosa, un mejor estado de ánimo y una mayor autoestima que los que no recibieron la terapia musical.
Guy Bérard, especialista francés en audición, confirma en su libro haber tratado a 233 enfermos de depresión con tendencias suicidas. El 93 % se curaron después del primer curso de tratamiento, el 4,7 % curaron después de dos o tres tratamientos; en cinco personas no dio resultados.
Bonnie Tyler, "Heartache "
Se ha probado que la música estimula el sistema inmunológico. En la depresión es muy importante, ayudar al sistema inmunológico a mantenerse en perfecta armonía, ya que la depresión suele bajar las defensas.
La música aumentan los niveles de endorfinas, que son los opiáceos naturales propios del cerebro. Investigación médica reciente indica que son capaces de disminuir el dolor e inducir una euforia natural. En el centro de investigación de la adicción de Stanford (California), el científico Avram Goldstein comprobó que la mitad de las personas estudiadas experimentaban euforia mientras escuchaban música, capacitando al cuerpo a producir sus propios anestésicos y a mejorar la actividad inmunitaria.
Además, la música nos permiten expresar las emociones, la tristeza, la pena y la aflicción. Si sentimos emociones negativas somos más proclives a la depresión. Estas emociones deben exteriorizarse, sino queremos que nos causen malestar, depresión y enfermedades, y la música es el vehículo perfecto.
Todos los estudios mencionados se han realizado con adultos. Teniendo en cuenta el poder que los adultos influyen en los niños, es innegable que los resultados pueden ser perfectamente extrapolables a la población escolar.
Os dejo aquí unos vídeos muy chulos, de niños que según parece, están disfrutando con la música
Todos los estudios mencionados se han realizado con adultos. Teniendo en cuenta el poder que los adultos influyen en los niños, es innegable que los resultados pueden ser perfectamente extrapolables a la población escolar.
Os dejo aquí unos vídeos muy chulos, de niños que según parece, están disfrutando con la música
Vídeo: Bebé bailando
Vídeo: Niño tocando la bateria
Hola Sara, me gusta mucho tu blog, veo que sigues haciendo mantenimientos, me parece bonito en diseño y en contenido. Soy de las que repiten este refrán de vez en cuando, si si, quien canta su mal espanta... Según Lawrence Parsons (neurocientífico) " La música la tenemos incorporada genéticamente". Personalmente, le doy mucha importancia en la educación, mis hijos están aprendiendo a tocar instrumento. Creo que la música debiera cobrar mayor interés en la formación y que poco a poco ganará calidad y tiempo en las escuelas. En Cataluña ya hay ejemplos de ello. (por fin, te he podido dejar un comentario...jajaja)
ResponderEliminarUn saludo cordial y ¡¡ mucha suerte !!